viernes, 26 de marzo de 2010

MARUJA


Si ya me lo dijeron al poco de llegar, que soy Maruja, jejje

No, no es el nombre que han decidido poner a las españolas en Marruecos, es una anécdota de malentendidos que siempre recuerdo con cariño, una de los cientos de malentendidos que me acompañan día a día con eso de hablar diferente lengua en diferente cultura.
El caso es que un día alguien que apenas me conocía me dice: “tú eres como maruja”, imagina mi cara, con todo mi respeto a las señoras llamadas Maruja, e igual respeto a las señoras de rulos que veían Cristal en la tele después de fregar los platos. Pero yo lo que menos esperaba es que alguien al pasear por la playa me llame maruja, así que entre bromas y no, me hago la indignada y por si las moscas, explico lo que es una “maruja“. El susodicho se parte de risa y descubro que me acababan de hacer un cumplido y lo que soy, en realidad, es dulce como el chocolate español más conocido en Marruecos. A quiÉn se le ocurriría ponerle ese nombre ;D
El caso es que dulce o no, aquí estoy que si a comprar a la carnicería, que si quitarle la piel al pollo, que lavar a mano la ropa y lo que me niego es a fregar el suelo de rodillas, quiero una fregona, YA!! Vamos que ha sido la profecía autocumplida, maruja del todo!

Aun así, todavía me gusta estar aquí, ser la guiri del barrio y seguir aprendiendo palabras nuevas cada día gracias a "dri diali". Aunque hoy pienso en el cocido de mama que me voy a comer cuando llegue….mmmmm




domingo, 21 de marzo de 2010

Home sweet Home

Cuantas veces he reconstruido un hogar, y digo bien al usar la palabra hogar y no casa.
Se edifican, se alquilan, se venden y se encuentran casas. Yo he encontrado una y que una!!!
Ahora mi trabajo es reconstruirla en hogar, sin necesidad de tirar paredes y cambiar muebles, sino en lo pequeño... el día a dia cuando uno sabe donde encontrar lo que busca, el hueco del sofa del que mejor se ve la tele, reconocer sin temor los ruidos de los vecinos, colocar la cama según le da el sol por las mañanas, colgar las fotos de aquellos dias y que nunca falte mi tela azul, la que sin duda paso por todos mis hogares e incluso por aquellos que nunca pasaron de ser una simple casa…
y lo mejor de todo, tener una puerta en la que tus amigos puedan llamar y sepan encontrarte.

Solo llevo un par de días en Residence B2 206 de Dahla y tras una larga jornada de limpieza y recolocación de espacios, puedo disfrutar de leer en el balcón, de saber que la tienda de abajo siempre esta abierta, de reconocer a lo lejos que mi edificio es el azul y blanco, tengo muchas ganas de descubrir el parque que he visto un par de veces desde fuera, de conocer el programa del centro cultural.
Lo bueno de vivir cerca de una universidad es que siempre se mueven cosas, que hay gente en la calle por las noches, que nadie se sorprende de ver una chica sin pañuelo, tengo biblioteca, academias de idiomas, la hamburguesería de moda, bar con wifi… y todo mezclado con no tener lavadora o congelador en casa, con aprender la forma peculiar de fregar el suelo, con ver las gallinas vivas en la tienda, con los taxis colectivos de 6 personas para ir al centro, el mercado de pescado en las calles…

Hoy me dejo acompañar de TVE internacional para saber que es lo que sigue, que es lo que cambia y lo que preocupa en aquel otro hogar