Si ya me lo dijeron al poco de llegar, que soy Maruja, jejje
No, no es el nombre que han decidido poner a las españolas en Marruecos, es una anécdota de malentendidos que siempre recuerdo con cariño, una de los cientos de malentendidos que me acompañan día a día con eso de hablar diferente lengua en diferente cultura.
El caso es que un día alguien que apenas me conocía me dice: “tú eres como maruja”, imagina mi cara, con todo mi respeto a las señoras llamadas Maruja, e igual respeto a las señoras de rulos que veían Cristal en la tele después de fregar los platos. Pero yo lo que menos esperaba es que alguien al pasear por la playa me llame maruja, así que entre bromas y no, me hago la indignada y por si las moscas, explico lo que es una “maruja“. El susodicho se parte de risa y descubro que me acababan de hacer un cumplido y lo que soy, en realidad, es dulce como el chocolate español más conocido en Marruecos. A quiÉn se le ocurriría ponerle ese nombre ;D
El caso es que dulce o no, aquí estoy que si a comprar a la carnicería, que si quitarle la piel al pollo, que lavar a mano la ropa y lo que me niego es a fregar el suelo de rodillas, quiero una fregona, YA!! Vamos que ha sido la profecía autocumplida, maruja del todo!
Aun así, todavía me gusta estar aquí, ser la guiri del barrio y seguir aprendiendo palabras nuevas cada día gracias a "dri diali". Aunque hoy pienso en el cocido de mama que me voy a comer cuando llegue….mmmmm